El día de la final, hicimos una merienda y el bizcocho, cómo no, llevaba los colores de la bandera. Es una lástima que en las fotos casi no se aprecie el amarillo de los huevos caseros que llevaba la crema pastelera, pues se los comía la luz del flash.
Imposible obtener este tipo de rojos con los colorantes alimentarios que se encuentran habitualmente. Los de teñir el fondant son fortísimos y se consiguen resultados así con unas cuantas gotas, lo que supondría casi un vaso de colorante del habitual, con la consiguiente toxicidad. Todo un descubrimiento.
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