Volví a hacerlos. Lo reconozco, no fui capaz de esperar a Halloween. Sólo pude esperar cuatro meses más para repetir. A parte de tener esta pinta bárbara, están riquísimos. Son galletas de almendra y esa uñita de almendra tostada... Ummmm. Los niños las disfrutaron enormemente.
¿Qué os parece su aspecto?
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