Este bizcochito fue degustado por 25 niños de cinco años. Y me dijeron que fue un éxito. Al menos, a mí sólo me llegó de vuelta la bandeja. Me encanta el juego que dan las galletas maría trituradas.
La cocina es algo agradable, divertido, envolvente y suave. Algo que requiere su tiempo pero siempre da sus recompensas. Algo que da según recibe. Pretendo reflejar de alguna manera mi amor por la cocina y, tal vez, ayudar a alguien a que llegue a apreciarla de este modo. Ojalá lo consiga. La Coruña, abril de 2010.
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