Buenos días. Aquí, con niebla y humedas pero buenos, después de todo.
Estoy entre fogones, haciendo una tartita de Hello Kitty que me han encargado para Laura, una niña guapísima, aunque demasiado tímida. En cuanto la tenga, os cuento la historia y os pongo alguna foto.
Ahora lo que vamos a hacer es "disfrazar" un simple bizcocho para que nos quede impresionante. Lo único que necesitamos para darle ese aire festivo y mejorar hasta el infinito el color es un huevo, dos cucharadas de azúcar y almendras o piñones, al gusto. El bizcocho de la foto lleva un puñadito de cada uno. Una vez que tenemos el bizcocho, aún en el molde (es para que no se caiga la cobertura, pero podemos devolverlo al molde una vez frío si es que el bizcocho no está recién hecho), batimos un huevo, le añadimos el azúcar y los frutos secos y lo vamos poniendo por la superficie, con una cuchara, repartiendo bien. Otro ratito al horno, con el gratinador, para que cuaje el huevo y ya está. Podemos espolvorearle azúcar por encima a mayores. Como siempre, todo va en gustos. Creatividad al poder. Nuestro bizcocho de almendras o piñones listo para conquistar. El sabor no tiene nada que ver con el del bizcocho desnudo.
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