Lo más difícil de esta tarta fue que tenía dos pinches. Pobres. Querían hacerlo todo. Me moldeaban las distintas partes y las arreglábamos entre los tres. No sé si hacían algunas cosas mal a propósito porque entonces decían que no pasaba nada, que se las comían y desaparecía la prueba del delito. Probé una receta nueva. Era un Madeiran Sponge Cake de Tutti Frutti. Por cierto, el primer día estaba bueno, el segundo, riquísimo, el tercero delicioso y no sé cómo estaría el cuarto porque ya no sobrevivió.
Las pobres piernas casi no llegan a la foto. Ya las habían arrancado dos veces cuando logré colocarlas en un apuro y disparar. Y el cinturón pasó a mejor vida, en fauces hambrientas de tierno infante.
El blog te esta quedando muy chulo, se ve que tienes mucha idea sobre todo de Fondat que es lo mas dificil;una observación: las tartas quedan mejor si le pones el nombre de la persona a las que se le regala o que esta de cumple, por lo menos quedan mas vistosas.
ResponderEliminarTe doy animos para que sigas deleitandonos con tus platos y postres tan estupendos.
Un saludo. Mercedes
Hola, Mercedes. Muchas gracias por tus comentarios. Habitualmente, pongo el nombre de la persona a la que va destinada la tarta en el último momento y las fotos suelo hacerlas antes. Creo que la única de las que hay por ahora que tiene nobre es la de Hello Kitty, porque le puse el nombre antes de hacer el borde de nata que lleva el corazón, por facilitar la labor.
ResponderEliminarGracias por tus ánimos.
Besos.