Ricardo se casará el mes que viene. Sus amigos quisieron hacerle una enorme despedida de soltero y regalarle, entre otras cosas, una tarta en la que se vieran reflejados todos los gustos y pequeños vicios que tiene. Por eso de si sabía a lo que iba a renunciar. Eran un montón de cosas las que tenía que poner: el escudo del Barça, el símbolo de Héroes del Silencio, vino, cerveza, bingo, tragaperras, una bandera española y alguna "guarrería" para echarse unas risas. En fin, salió esto.
Lo más difícil del encargo, si cabe, fue la novedad de tener que hacerla debajo del fondant completamente para diabéticos: bizcocho, relleno y almíbar sin azúcar. Ése fue el reto.
¿Qué os parece el resultado?
Ricardo, disfrutando de la situación |