miércoles, 29 de diciembre de 2010

La tarta de Hugo

Hugo cumplió dos años. Le encanta Mickey Mouse, así que su mamá, Patricia, me encargó una tarta para sorprenderle. Con mucho chocolate. Mucho, mucho. Lo que más me costó fue que saliera de casa porque los míos querían comérsela.






Turrón de Alicante

Turrón de Alicante, también conocido como turrón del duro. Tengo que repetirlo, así que espero tener más fotos para que las veais porque sólo pude hacer, en el último momento y ya en la mesa, unas fotos a los trocitos partidos.
Todos los años hago turrón de Jijona porque no me atrevía con el de Alicante y este año se me hizo tarde (el de Jijona requiere de tiempo de reposo). Gracias al cielo, encontré una receta increíble, genial, estupenda, adecuadísima, en el blog de Canelona, una persona extraordinaria, cocinera donde las haya y compañera del foro de cocina Mundorecetas que tan buenas ideas me ha dado siempre.
Es un turrón hecho con Thermomix, no da trabajo ninguno. El único, como ya decía Alicia, pasarlo de la Thermomix al molde que... caramba. Eso sí que dio chollo. Pero compensó. Una textura impresionante. Un sabor delicioso. No he encontrado aún a nadie que le pusiera una pega. Con las cantidades que ella pone, me salieron dos tabletas.
En un brick de leche vacío y bien limpito, puse una oblea. Después la masa, otra oblea y lo empujé todo para abajo con una lámina de ese tamaño cortada al brick. Puse un peso y lo dejé así hasta el día siguiente. Muy, muy, muy recomendable.
¿A qué tiene buena pinta?

Turrón de chocolate crujiente

Otro clásico de todos los años. Este año, el "normal" lo hice en moldes de rosas. Quedó lindísimo. Y probé a hacer un par de tabletas con chocolate sin azúcar. Éste lo adorné con unos transfers. Me encantó trabajar con ellos. ¿Os gusta cómo queda?


Mazapán

La verdad es que tenía que haber puesto la foto de los mazapanes antes de poner el Pan de Cádiz. En esta ocasión, conté con tres pinches de excepción. A parte de mis dos pinches habituales, vino Jorge, el "muy más mejor amigo" de mi hijo pequeño. Estuvieron amasando, recortando, moldeando y pintando con huevo. Y, para terminar, catando algunos. Luego Jorge y su papá se llevaron unos para casa para que mamá también pudiera probarlos. Espero que les gustaran. Los niños lo pasaron muy bien haciéndolos.
Aprovecho para enviar un beso a Mari, Yago y Jorge y uno muy, muy especial para Lucía, una de las niñas más sonrientes que conozco.

martes, 28 de diciembre de 2010

Lingote de chocolate

Hace ya muchos años, en una clase de Thermomix de cocina de Navidad, nos pasaron la receta del "Lingote de chocolate para sorprender". Desde entonces, he tenido que hacer como mínimo dos cada Navidad. Y es mucho decir, porque cada uno de ellos pesa casi dos kilos. Y lleva de todo. Es una bomba con chocolate negro, chocolate con leche, brandy, pasas, almendras, avellanas, guindas, galletas. Algo potente, potente.
La decoración original era forrar el molde con plastico de burbujas para que quedaran los círculos dibujados en el lingote. Hace unos años ya que lo hago en un molde de silicona, que me da mejor resultado y me gusta más el acabado. Después, les pongo un celofán con dibujos y... a agasajar a las dos familias.



Éstos son los cortes que hago yo del lingote, porque me parece muy fuerte. En casa de mis suegros, cuando lo corta mi cuñada, de cada seis trozos de los míos sale uno de los suyos.
En esta foto aún estaba muy blandito. De un día para otro está ideal. Y según van pasando los días, va ganando. Es muy agradecido.

Para ir practicando para Reyes, un roscón. En este caso, trenzado.

Estos días de lluvia, que uno no sabe qué hacer en casa, lo mejor es ponerse a cocinar, o a leer, o a jugar con los peques. Yo combiné las tres cosas. Cogí un libro de Álvaro Cunqueiro de cocina gallega, a mis dos peques y un poco de harina, un poco de leche, levadura, azúcar, huevo, anís y nos pusimos a la "trenza barata", como se llama en su libro. Madre mía, cómo cunde. Sólo la mitad de la receta y se salía de la bandeja del horno. Mi hijo pequeño corría, gritando, entre la sala y la cocina diciendo que estaba vivo y que iba a caerse al suelo de la cocina tras traspasar la puerta. Era divertidísimo verle. No le hice ninguna foto cortado, así que, como volverá a caer en breve, ya la pondré.
El libro de Álvaro Cunqueiro es una obra muy consultada por estos lares. Si alguien quiere la receta, no tiene más que pedirla.

Tengo que practicar aún mucho con las fotos de comida. Acabo de ver mi sombra en la primera. Mecachis.

Pan de Cádiz

Mi padre era de Cádiz. Había una tienda, ahora no recuerdo el nombre, en una de sus callecitas estrechas, donde comprábamos todas las Navidades el Pan de Cádiz. Y lo hacían riquísimo. Y los caramelos... aún recuerdo a mi abuela Victoria, que me falta desde hace tantísimo tiempo, comprándome los caramelos de cereza, esos que llevaban el palito de bambú para sujetarlos. Qué ricos. Parece que hay recuerdos que se pueden saborear.
Ahora, mi padre no está. No hemos vuelto a pasar una Navidad en Cádiz. Y el Pan sigue viniendo todas las Navidades, pero ahora es casero. Capa de mazapán, capa de fruta escarchada, así las capas que se deseen y cerrado con más mazapán. Pintado de huevo y al horno. Fácil de hacer. Riquísimo. Y deja un olorcillo a almendras y fruta en la casa que es la gloria.
Las capas de fruta es mejor combinarlas de distintos colores. Este año, con las prisas de hacerlo, no tenía tanta variedad de colorido. A ver si encuentro una de los del año pasado, que llevaban los rojos y los verdes más definidos.
Ay, qué recuerdos...


Polvorones de almendra.

Un año más, llegan a casa los dulces navideños. Casi no tengo tiempo ni de fotografiarlos ni de escribir sobre ellos. Mi horno echa más humo que de costumbre (y creedme cuando digo que se usa todos los días). Estos son los famosos polvorones de Meri, una compañera de Mundorecetas. Riquísimos. Con un sabor a almendra inconfundible y una textura buenísima, aterciopelada. Este año, en vez de papel de seda, usé para envolverlos crèpe de aluminio. Todo un descubrimiento.
La receta es sencillísima: el día anterior se ponen 350 gr. de almendras a tostar en el horno, unos 12 minutos a 200º. Tienen que estar tostadas pero cuidado sobre todo al final de que no se quemen. Después, se deja el kilo de harina en la bandeja en el horno a 150º durante media hora. Al día siguiente, se bate un poco con el tenedor el medio kilo de manteca (uso una que vienen 485 gramos por tarrina, manteca ibérica y no me preocupo por redondear la cantidad), después se sigue mezclando con 250 gr. de azúcar glass, con la almendra molida (dejando unos trocitos un poco menos triturados para encontrar tropezoncitos) y, para terminar, la harina tamizada. Se extiende con un rodillo, se corta con un cortapastas redondo y se pinta con huevo batido, muy poca cantidad. Después, se introduce en el horno a 200º sólo en gratinador, en la segunda o tercera rendija desde arriba y se espera a que se doren, con cuidado de no pasarnos. Al enfriar, se espolvorean con azúcar glass y después se dejan un poco más antes de empaquetarlos. Sencillísimo.
Recapitulando, los ingredientes son:
- 1 kg. de harina.
- 250 gr. de azúcar glass.
. 350 gr. de almendra, preferiblemente marcona.
- 1 huevo.
- 500 gr. de manteca de cerdo.
- Más azúcar glass para espolvorear.