domingo, 21 de agosto de 2011

Tarta para "Tony el niño"

Mi querida, queridísima Herminia, me encargó esta tarta para el cumpleaños de su hermano. Eran 90 años. Una cifra que bien merece una celebración por todo lo alto. Me describió al "ojomeneado" por teléfono y yo le hice unas cuantas preguntas más para completar la decoración. Mientras estuvo trabajando, Toñito fue sastre. Se le dio siempre perfectamente bien el inglés y su mujer (guapísima, según su cuñada) le llama Tony desde tiempos inmemoriales. Esos eran los datos principales. Y de ahí salió esta tarta. Lo de "el niño" es porque era el varón más pequeño de la familia.
Se trataba de dos bizcochos de chocolate, tipo brownie, empapados con almíbar de canela y limón y rellenos uno de swiss meringue buttercream de fresa y ganaché de chocolate negro antes de ponerle la capa de fondant y el otro relleno de dulce de leche y con el mismo dulce como "pegamento".
Acompañaban al conjunto unas galletas de almendra y mantequilla con la leyenda "El Niño cumple 90".
Felicidades de nuevo, familia.





Para un querido músico

Mi marido cumplió cuarenta años. Es una ocasión especial. Una decena que te da una perspectiva distinta. Fue complicado prepararle una fiesta sorpresa y citar a algunos amigos para cenar juntos. Tenía algún encargo, entre ellos la tarta pirata, así que no podía cocinar en casa por falta de tiempo y por miedo a que se descubriera el "tinglado".
En las fotos no se ve bien, pero el músico en cuestión lleva los ropajes de la Orquesta Sinfónica en la que está: frac negro, camisa blanca, chaleco blanco y pajarita del mismo color. El "ninot" fue indultado y ahora adorna la vitrina del salón. No íbamos a comernos al pobre cumpleañero...


¿Lo más difícil de esta tarta? Escribir las notas de las partituras valiéndome de un pincel de 00 y un bote de colorante en gel. Casi me llevó tanto como el resto de la decoración.

Hace mucho tiempo, conocí a un pirata...

Mi hijo pequeño se levanta con la misma canción con la que se acuesta. Una sobre un pirata que les enseñaron en el cole. "Hace mucho tiempo, conocí a un pirata con un parche negro y espada de lata; su barco tenía velas de papel y una sardinita era el timonel. Sobre la cubierta había un gran cañón (aunque él repite siempre camión en vez de cañón) pero disparaba balas de algodón. Escondió un tesoro pero no lo fue a buscar porque perdió el mapa para irse a jugar". No sé si alguien que lea el blog conocerá la cancioncilla pero, la verdad, es muy pegadiza, y con una especie de coreografía que dan ganas de comerse al niño en cuestión.
Espero que lo que sí se comieran fuera la tarta que la madrina de Martín quiso regalarle por su octavo cumpleaños. Muy chocolatosa y animada con un pirata (con su "camión" en la cubierta) y una sirena muy coquetuela ella.





domingo, 14 de agosto de 2011

¿Por qué hace más de dos meses que no puedo crear ninguna entrada?

Nunca os he hablado de Taina.
Taina era mi "niña peluda", algo más que un perro y, desde luego, no una simple mascota.
Taina llegó a mi vida hace ocho años. Compartíamos mucho más que una fecha de cumpleaños. Durante ocho años, me dio todo el cariño del mundo. Era la mejor, la más cariñosa, la más obediente.
Tendría anécdotas sobre ella como para llenar páginas. Quizás una de las que más demuestre su carácter dulce y cariñoso sea la de que fuera a llamarme y tirara de mí para llevarme ante mi hijo cada vez que mi bebé lloraba.
En junio, Taina nos dejó. Después de una enfermedad fulminante que en sólo dos días consiguió que casi no pudiera moverse. Aún no puedo explicarme qué fue lo que pasó.
Sé que muchos no me entenderán. Sobre todo si no han tenido un amigo de cuatro patas. Lo cierto es que, aún hoy, no puedo pensar en ella sin soltar alguna lágrima.
Taina significa, en ruso, secreto. Eso fue hasta que llegó a casa. Me acuerdo cuando lo hizo, con mes y medio de vida. Y luego, cuando comenzó a darme la patita, sobornándola con jamón serrano (lo confieso). Y cuando bajábamos a la plaza a que hiciera pis por la noche, con una pelota de tenis, y cómo corríamos con ella.
Necesitaba hacerle un pequeño homenaje a mi mejor amiga.
Taina, nunca te olvidaré, pequeña.
Ésta es Taina, al poco de llegar a la familia.

Terminó la carrera de Derecho conmigo.

¿Era o no era preciosa?

Nunca pongo fotos de mis niños. Hagamos una excepción.

Hasta siempre, mi niña.